También conocida como Francisquita Paca, Totote, "Curra loca perturbada", Hocicaria García, Curralama, "La perra del hogar", Amor canino, Perri, Severina, Urra, "Rabo Rabo Rabo", Orejas, Múminimú minimú, Cisca, Patatita, Chupamuebles, Curra Solar, Cítrica Donosa, Sandwichita, Murcielaguillo, Peluche mío, Gremlin, Takata Tururú, Coicacoica ... y sus derivados. Esta entrada está dedicada a mi adorable mascotilla cobardica, a la famosa "orejas de dumbo": Curra.
Hace dos años aproximadamente, Curra era una más de la perrera y "respondía" al (feo) nombre de Sangría. Por aquel entonces, Inés, Clara y yo habíamos hecho algunas incursiones a la zona de veterinaria en el campus para ayudar a los de la protectora de animales. Tras varias visitas y muchos mensajes subliminales para que mi madre se diera por aludida, llegó el día clave. El día en el que Clara, Marina, Inés y yo nos pusimos chulas y sacamos a pasear a toda una manada de perrillos de pequeño tamaño que bautizamos con los nombres de: Fifó, Curra, Negri (Eristoff Black) y "El teckel" (no recuerdo el nombre, pero llevaba un pañuelo graciosísimo) Fue dicho día cuando mi madre fue consciente de las maravillas que se hayaban encerradas en jaulas en la protectora y la visión de Curra le bastó para convencerse de una vez por todas.
Total que Curra llegó a casa. Estaba en los huesos, no ladraba (han pasado dos años y sigue sin ladrar, así que no era algo pasajero) se pasaba el día temblando de frío y tenía miedo hasta de su sombra. Con el tiempo engordó, dejó de temblar y cogió confianza. Aprendió a hacer sus necesidades en la calle y a sentarse. Costó bastante que respondiera a su nombre (de hecho, intentamos buscar un nombre "más bonito" pero nos acostumbramos demasiado rápido a llamarla Curra) y todavía hoy sigue sorprendiéndonos asustándose hasta del viento.
En dos años Curra ha tenido tres tipos de camas distintas, ha probado todas las comidas y sobras imaginables, se ha aficionado a las zanahorias, ha desgarrado juguetes y calcetines, a escalado por mi estantería en busca de un muñeco de goma, ha acechado pajaritos y gatos, ha atacado a un hámster, ha visitado Salamanca, Almendralejo y Baños de Montemayor, ha hecho amigos en el campo, ha ladrado casi en diez ocasiones, se ha escapado de casa, se ha asustado de perros, hombres, niños, ruidos, petardos, camiones, motos, sombras, globos ... se ha vestido de hippie, se ha subido a camas ajenas, ha defendido su territorio, ha paseado bajo la lluvia, bajo el sol abrasador y nos ha recibido todos los días del año brincando alegremente azotando con el rabo en todas direcciones.
Por eso y por todos los buenos ratos que nos hace pasar, le dedico esta entrada a mi peluche de orejas desproporcionadas, por hacer que el momento de entrar en casa sea el mejor del día.
Posdata: oh, y si sabéis de alguien que se esté planteando comprarse un perro, no seáis memos y pasaos por la protectora de animales, porque al final los más agradecidos y cariñosos los encontraréis allí: www.protectoracaceres.blogspot.com
Total que Curra llegó a casa. Estaba en los huesos, no ladraba (han pasado dos años y sigue sin ladrar, así que no era algo pasajero) se pasaba el día temblando de frío y tenía miedo hasta de su sombra. Con el tiempo engordó, dejó de temblar y cogió confianza. Aprendió a hacer sus necesidades en la calle y a sentarse. Costó bastante que respondiera a su nombre (de hecho, intentamos buscar un nombre "más bonito" pero nos acostumbramos demasiado rápido a llamarla Curra) y todavía hoy sigue sorprendiéndonos asustándose hasta del viento.
En dos años Curra ha tenido tres tipos de camas distintas, ha probado todas las comidas y sobras imaginables, se ha aficionado a las zanahorias, ha desgarrado juguetes y calcetines, a escalado por mi estantería en busca de un muñeco de goma, ha acechado pajaritos y gatos, ha atacado a un hámster, ha visitado Salamanca, Almendralejo y Baños de Montemayor, ha hecho amigos en el campo, ha ladrado casi en diez ocasiones, se ha escapado de casa, se ha asustado de perros, hombres, niños, ruidos, petardos, camiones, motos, sombras, globos ... se ha vestido de hippie, se ha subido a camas ajenas, ha defendido su territorio, ha paseado bajo la lluvia, bajo el sol abrasador y nos ha recibido todos los días del año brincando alegremente azotando con el rabo en todas direcciones.
Por eso y por todos los buenos ratos que nos hace pasar, le dedico esta entrada a mi peluche de orejas desproporcionadas, por hacer que el momento de entrar en casa sea el mejor del día.
Posdata: oh, y si sabéis de alguien que se esté planteando comprarse un perro, no seáis memos y pasaos por la protectora de animales, porque al final los más agradecidos y cariñosos los encontraréis allí: www.protectoracaceres.blogspot.com
3 comentarios:
Me encanta leerlo. Gracias por cuidarla y darle un hogar.
A vosotros por guardármela hasta que la encontré :)
Ayyyyyyyyy Curraaaaaaaaaaa!!!!!!!!!Curritaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!jajajaj qué guay!qué buena idea fue ir a la protectora......:D :D :D Qué buena es mi Lama!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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