Jueves, día 18 de Febrero de 2010 (hora, 11:55)
Domingo y Julia llegan a casa agotados tras tres interminables horas de economía en la facultad. Han ido a coger algunos apuntes y también han comprado sus billetes en la estación de autobuses. Se extrañan por no ver a Helena en el piso, pero deducen que debe estar ocupada con algo relacionado con el club de debate. Los dos amigos sueltan los bártulos en sus respectivos cuartos, cuando ...
Domingo: "¡¡JULIA!! ¿HOLA? ¡¿POR QUÉ PONE EN MI RELOJ QUE SON LAS 11:55?!"
Julia se extraña al escuchar esto. Pero si llevan toooda la mañana en clase y es la hora de comer.
Julia: "¡¡¡¡DIOS!!!! ¡EN MI RELOJ PONE QUE SON LAS ONCE MENOS CINCO!"
Domingo llega corriendo a la habitación de Julia con la cara desencajada por el susto.
Domingo: "¡NO PUEDE SER!"
Julia corre a la mochila para comprobar la hora en el móvil cuando de repente los dos amigos observan de refilón el horario pinchado en la pared.
Domingo: "¡OSTIA CLARO, SI ES QUE HEMOS SALIDO DE CLASE A LAS ONCE!"
Julia: "¡No puede ser! ¡Si ha sido eterno!"
Los dos amigos observan con detenimiento el horario y se percatan de que, efectivamente entraron en clase a las ocho y salieron a las once. Ningún terrible misterio por resolver.
Domingo: "Claro, por eso no está Helena en casa"
Julia: " ... te juro que pensaba que habíamos viajado en el tiempo"
Domingo: "Y yo"
He ahí lo verdaderamente acojonante. Durante ese momentáneo lapsus temporal, los muy flipados no consideramos las posibilidades más realistas:
Domingo: "¡¡JULIA!! ¿HOLA? ¡¿POR QUÉ PONE EN MI RELOJ QUE SON LAS 11:55?!"
Julia se extraña al escuchar esto. Pero si llevan toooda la mañana en clase y es la hora de comer.
Julia: "¡¡¡¡DIOS!!!! ¡EN MI RELOJ PONE QUE SON LAS ONCE MENOS CINCO!"
Domingo llega corriendo a la habitación de Julia con la cara desencajada por el susto.
Domingo: "¡NO PUEDE SER!"
Julia corre a la mochila para comprobar la hora en el móvil cuando de repente los dos amigos observan de refilón el horario pinchado en la pared.
Domingo: "¡OSTIA CLARO, SI ES QUE HEMOS SALIDO DE CLASE A LAS ONCE!"
Julia: "¡No puede ser! ¡Si ha sido eterno!"
Los dos amigos observan con detenimiento el horario y se percatan de que, efectivamente entraron en clase a las ocho y salieron a las once. Ningún terrible misterio por resolver.
Domingo: "Claro, por eso no está Helena en casa"
Julia: " ... te juro que pensaba que habíamos viajado en el tiempo"
Domingo: "Y yo"
He ahí lo verdaderamente acojonante. Durante ese momentáneo lapsus temporal, los muy flipados no consideramos las posibilidades más realistas:
- Los relojes se han parado
- Quizás hoy se cambiaba la hora
- ¡¡NO OS HABÉIS DADO CUENTA DE QUE SE SALÍA DE CLASE A LAS 11!!
Gracias J.J. Abrams, ya estamos oficialmente enfermos.
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