El final de 30 Rock

En este año de despedidas ha llegado el momento de decir adiós a una de las mejores comedias de las que he tenido el placer de disfrutar en los últimos años.

30 Rock (Rockefeller Plaza)

[Para los que anden un poco perdidos. 30 rock es una comedia de la NBC que cuenta precisamente las peripecias de Liz Lemon, una guionista frustrada, neurótica y alocada al cargo de un programa de sketches que se emite en la propia NBC]

Puede hacer cuatro o cinco años desde que mi hermano me la descubriera (no sin antes haber renegado yo de ella, como buena cateta). Tan sólo hizo falta pillarme dibujando en el salón para que el visionado de mi hermano acabara enganchándome y dejándome al borde de la muerte por carcajadas con el décimo capítulo de la serie. 

Desde ése momento son incontables las ocasiones en las que he acabado con dolor de barriga por las risas que me he echado viendo 30 Rock. En esta serie he encontrado al primer personaje femenino de televisión que me ha hecho sentirme identificada, me ha dado material para chistes personales y coñas varias, me ha enseñado un nuevo tipo de humor inteligente y surrealista (gracias al cual he podido disfrutar también Community o Parks and Recreation), me ha demostrado que una serie puede ser crítica y terriblemente sarcástica con la propia network para la que emiten...

Y lo que verdaderamente agradezco a la serie es que hayan conseguido darle un final digno. Cierto que suelo pedirle más a un drama que a una comedia, pero 30 Rock consiguió básicamente el final perfecto (algo que sólo recuerdo haber experimentado viendo Friends. El último capítulo (en realidad, LOS últimos capítulos) fue la mezcla perfecta entre emotividad extrema, autorreferencias y humor absurdo. Nada estaba fuera de lugar y para esta fan de la serie fue una verdadera delicia ver todo acabar con un último guiño al décimo capítulo del que os hablaba antes... The rural Juror...

Theeeese were, the best days of my........ fleeeeerm