viernes, 21 de diciembre de 2012

Animación: El príncipe de Egipto

Creo que "El príncipe de Egipto" es de las películas de animación que más me han impactado en toda mi vida. Sí, la animación de "Tarzán" es una locura, y las partes más épicas de "El jorobado de Notre Dame" me ponen los pelos de punta aún hoy, pero lo de esta película son palabras mayores. Veamos porqué suele figurar en todas las listas de mejores películas de animación para la gente que trabaja en este campo:
 

Diseño de personajes. Desde luego este es el apartado que a mí más me ha llamado la atención desde siempre (Ahora sí entenderéis lo que decía en la entrada anterior) Recientemente leí que los diseñadores decidieron jugar con las proporciones y alargar exageradamente la parte central de la cara para darle un estilo propio al reparto. Creo que nunca he visto personajes con un diseño más llamativo que estos. Esas caras angulares con ojos gigantescos y narices kilométricas... Y lo más increíble de todo es ¡Que son guapos! Yo estaba enamorada de Moisés hasta con aquella terrible peluquita. Y las mujeres de la película son bellísimas. Es algo que me alucina, cómo  un diseño tan arriesgado y atípico puede dar lugar a personajes tan guapos. 


El movimiento. Recuerdo que lo primero que yo vi de esta película fue un trailer en algún otro vhs que tenía por casa. En el trailer aparecía la mítica carrera de cuádrigas del inicio de la peli y todavía me acuerdo a la perfección de la emoción que sentía viendo esos dos o tres segundos de velocidad en la pantalla de la tele. Creo que hasta entonces no me había parado nunca a apreciar la animación como tal en una película. Y obviamente aquella escena es lo de menos... la magia de "El príncipe de Egipto" está en los pequeños gestos. Todo está cuidado al milímetro. Los movimientos de los personajes son muy fluidos y hay tal variedad de expresiones que parece que los animadores hubieran alcanzado un nivel superior de perfección con esta cinta.  

Tomemos esta escena (que youtube no me deja insertar) como ejemplo para maravillarnos: 
  • 0:22 Por dios, ése gesto tan sutíl y la forma en que Tzipporah mira a Moisés. 
  • 0:51 Me obsesiona lo delicada que es la forma de mover las manos de este personaje.
  • 0:58 ¡¡¿Estáis viendo ése fuego?!! ¡Eso es pura magia!
  • 1:56 Cuantísimas veces cambia de ángulo la cara de ambos personajes. Eso es cuidar una animación, eso es darle vida al personaje y llenarlo de expresividad.
  • 2:16 Es que es imposible encontrar un movimiento que no parezca natural.  
  • 2:37 Por favor... el movimiento... las caras... el fuego...

Historia épica. Dejando a un lado el tema religioso y las creencias (o ausencia de) del espectador, aquí tenemos una historia de autodescubrimiento, de evolución, de liberación... y encima con un tratamiento que aprovecha al máximo los aspectos más dramáticos y peliculeros. Es una aventura que da gusto disfrutar en pantalla sobre todo por...

Los escenarios. La variedad de escenarios y las diferentes tonalidades que se usan a lo largo de la película rompen totalmente con la monotonía que se podría esperar de una historia que transcurre en el desierto. 


Y como ya he dicho, supieron aprovechar perfectamente el dramatismo de la historia para crear secuencias (dicho vulgarmente) acojonantes. El inicio de la película te deja al borde del llanto, la secuencia del sueño de Moisés a mí todavía hoy me da pavor pero es que la famosa escena de "las plagas" es un espectáculo increíble y terrorífico. El uso del color, los efectos y el dramatismo exagerado de la música son para ponerte los pelos de punta.


(la de niños que habrán tenido pesadillas con esta escena)

Música. Como habréis imaginado leyendo esta entrada, la música de "El príncipe de Egipto" no es algo que quede en segundo plano durante el visionado. No hay una sola canción que sobre. Absolutamente todas tienen su cometido en el metraje, nada de relleno. Y no sólo sirven para contarte la historia o como transición (ejemplo de "la mirada celestial" o "las plagas") sino que encima tienen una enorme carga emotiva. Es imposible que no se te salten las lágrimas con "Deliver us" ("Libéranos")al comienzo de la película. Aunque para himno por excelencia está el "If you believe" ("Si tienes fe") 

Lo dicho, con este peliculón de Dreamworks tenéis lo necesario para pasar un rato emotivo y épico delante de la pantalla. Es verdaderamente emocionante y os habla una persona que mientras más lejos tenga cualquier referencia religiosa, mejor. Pero es que esto es simplemente arte.

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