Qué es de mí

Que conste que sólo escribo esto con la esperanza de leerlo dentro de una semana y poder pensar "Uf, ya pasó"

Sí, estoy en plenos exámenes. Y sí, están siendo un verdadero desastre. No todo lo mal que una podría imaginar teniendo en cuenta el lamentable cuatrimestre que hemos vivido pero sin duda mucho peor que cualquiera de las etapas de exámenes del curso pasado. Por ahora hemos hecho 3 de 5 y con resultados de uno solo (aprobado) mañana sabré qué desgracias me depara el segundo examen.

En fin, estas semanas las estoy viviendo en su mayor parte en Badajoz. Los días son tan monótonos: levantarme más tarde que las demás en el piso, sentirme mal porque ellas ya han estudiado, desayunar, arreglar el cuarto, ducharme y ponerme rauda y veloz con el temario, descansar, comer, descansar, estudiar hasta las 8/9, cenar, ordenador, cama.

Los estudios transcurren tanto en el piso como en la biblioteca, con dudas constantes, apuntes volando de lado a lado, encuentros culpables en el salón, delirios colectivos (la coña del tucán se nos está yendo de las manos, un día de estos le dedicaré una entrada) y alguna que otra salida nocturna para despejarnos.

Y para finalizar con los agobios: Yo y mis dos millones de dudas acerca de irme de Erasmus a Bélgica. Porque yo lo valgo.